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sábado, 29 de noviembre de 2008

"Los microcréditos son una herramienta eficaz para erradicar la pobreza en el mundo"

Director del Programa Internacional del Banco Grameen -que fundó el Nobel de la Paz Muhammad Yunus-, Nazrul Chowdhury lleva casi dos décadas años trabajando en las aldeas de Bangladesh para proporcionar microcréditos "a los sin nombre, los parias y a los más pobres entre los pobres". Estos días ha participado en la Isla en el foro Ocho ciudades, ocho objetivos, donde además ha presentado el primer Máster en Microcréditos para el Desarrollo, que impartirá la Universidad Autónoma de Madrid entre enero y julio de 2009. Se trata de una experiencia pionera en el ámbito de la universidad pública española. Chowdhury, que será uno de los profesores del máster, supervisa actualmente un proyecto de la Fundación del Instituto de Crédito Oficial en Andalucía, para desarrollar un programa de microcréditos que a la vez integre otras iniciativas sociales. Según explica a DIARIO DE AVISOS, dicho programa se podría ampliar a Canarias, donde la ONU pretende instalar un Centro de Excelencia como plataforma para abordar los objetivos del Milenio en África.

- ¿Cómo surge la idea de los microcréditos?
"El microcrédito nace por la necesidad de ayudar a las personas más necesitadas, que normalmente no reciben dinero de los bancos porque son un riesgo. Pero no se trata sólo de dar dinero, sino que va más allá. El Banco Grameen, además de los microcréditos, creó 27 organizaciones sociales, que ayudan en materias como la Educación, la Sanidad, etc. Se trata de cambiar la vida de las personas que se encuentran en peor situación. Entre el 2 y el 3% de nuestros clientes no tienen dinero ni capacidad para acceder a un microcrédito, pero Grameen les proporciona otras ayudas, como programas de orientación".

- En poco tiempo el programa de microcréditos de Grameen ha obtenido grandes logros...
"Cierto. Aproximadamente 7,6 millones de familias han sido ayudadas directamente por nuestro programa. Además, estamos trabajando en 37 países fuera de Bangladesh, lo que supone una ayuda indirecta sobre unos 20 millones de personas". - ¿Tienen distintos tipos de programas de ayudas?"No sólo se trata de ayuda directa, sino que también hay programas de formación, para que entidades y particulares puedan aplicar esta idea en sus países. Pero cada cultura es distinta. Por eso, es necesario adaptar el programa a cada lugar, lo que suele tardar dos o tres años. De este modo trabajamos ahora mismo en catorce países".

- Sin embargo, los microcréditos están más extendidos en Asia y Latinoamérica que en continentes como África...
"Tenemos programas en África; por ejemplo, en Gambia existe uno que funciona bien, y la gente puede devolver el dinero perfectamente. Lo importante es estar en contacto con las personas e implantar bien el sistema. La culpa de que en muchos otros países africanos no haya funcionado aún este proyecto no es de los que reciben los créditos, sino del sistema que se emplea. La gente no está acostumbrada, pero puede funcionar en cualquier lugar si se adapta a las necesidades de cada grupo de población o personas que lo demanden".

- Entonces, ¿podría funcionar en zonas subsaharianas como Senegal o Mauritania, donde muchas personas emigran porque no encuentran un futuro mejor?
"Claro. De hecho, nosotros tenemos programas en Senegal, Mauritania, Mali, Gambia o Sudáfrica, programas que están funcionando. Pero, el mismo programa no funciona igual en todos los países ni para todas las personas. En Bangladesh hay más de 500 empresas que ofrecen microcréditos, y el nivel de devolución es muy alto (en torno al 99%), pero en otros lugares la devolución no llega ni al 50%. Hay que adaptar el sistema de Grameen a cada país, con unos objetivos muy claros".

- Y, ¿cuál es el éxito del Banco Grameen?
"Ahora todo el mundo nos pregunta eso. Después de que el profesor Yunus recibiese el Premio Nobel, mucha gente se interesó por poner en marcha programas de microcréditos. No hay una fórmula mágica. Si se hace bien, cualquiera puede poner en marcha un proyecto así. Nosotros, por ejemplo, adaptamos cada microcrédito a las necesidades de cada persona. En mi país los créditos pueden ir de los 5 euros a los 500 o 1.000. Para cada clase social hay un nivel de microcrédito. También hay que analizar los costes de cada proyecto, que varían de un país a otro. Se trata de adaptarse a las necesidades reales de cada cliente".

- El contexto actual de crisis económica, ¿está afectando al programa de microcréditos?
"La crisis no está afectando mucho a los más pobres, al menos a los que demandan microcréditos. En Grameen tenemos un contacto muy directo con todos nuestros solicitantes. Si damos 100 euros a una persona para que compre una vaca, la crisis sólo afecta al precio de la vaca; pero no al comprador, porque su necesidad es la vaca. El problema es que el mercado financiero no tiene una relación tan directa con los consumidores ni con la economía doméstica. Los grandes bancos conceden préstamos y créditos, pero no saben para qué se va a dedicar el dinero. Los microcréditos están más cerca de las personas".

- ¿Pueden ser los microcréditos la mejor respuesta que existe en la actualidad de cara a la consecución de los Objetivos del Milenio?
"Uno de los principales objetivos es la erradicación de la pobreza y el hambre; y para ello los microcréditos constituyen una de las mejores herramientas para ello. De hecho, en los lugares en los que se ha aplicado, se ha reducido hasta en un 60% la población que vive en la pobreza. Se trata de un gran apoyo para conseguir esos objetivos del Milenio".

Texto: José Luis Cámara
Foto: Lucio Llamas

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