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domingo, 26 de abril de 2009

Más de cien años trabajando por los más necesitados del Congo


En este año 2009 se cumplen los 100 años de la fundación de la Misión de Kanzenze y 25 de la llegada de las Religiosas de la Pureza de María a la República Democrática del Congo. En este año que el Papa ha dedicado a San Pablo, el gran misionero, y en el que la Iglesia en el Congo celebra el centenario del martirio de Isidore Bakanja, el joven congoleño que fue cruelmente castigado por su capataz belga sólo porque era un cristiano que vivía su fe con entusiasmo.

Este año jubilar invita al agradecimiento y también a la reflexión. Agradecimiento por tanto don recibido durante este tiempo: el amor incondicional de los misioneros que hizo llegar el anuncio del evangelio a los habitantes de Kanzenze, aún en medio de tantos peligros de enfermedades y de tanta vulnerabilidad, al estar en una tierra desconocida y entre gentes de cultura tan diferente.


Los Padre belgas de Scheut fueron los primeros en establecerse en Kanzenze para el trabajo de apostolado. Permanecieron 11 años hablando de Jesús y repartiendo la gracia por los sacramentos, en un tiempo en el que Europa estaba explotando sin control las riquezas naturales de África. Las campañas de los grupos colonialistas intentaban por todos los medios desprestigiar la labor de los misioneros y hacer aún más profundo el resentimiento de los africanos. Reemplazados por los Franciscanos Menores Observantes en 1920, los padres scheutistas no dejaron crónicas de su labor pastoral.


Los Franciscanos, más numerosos, se organizaron con el fin de perennizar las actividades tanto de catequesis como de subsistencia. Los cimientos de la misión se construyeron a fuerza de obtener un reconocimiento oficial para la escuela y el dispensario. Durante los 47 años que estuvieron en Kanzenze, construyeron una Iglesia en 1930, las capillas de las comunidades cristianas en los pueblos de 100 km a la redonda, otra escuela primaria y un hospital. Se hicieron ayudar por las Religiosas belgas de María de Pittem y por los organismos que promovían el desarrollo del medio rural. En la cuidad minera de Kolwezi, a 56 km, se erigió la nueva Diócesis, y se instaló un Seminario Menor en la misión.

Las guerras se sucedían y los saqueos provocaban la inquietud de los misioneros. Las religiosas se marcharon definitivamente. Para entonces, los sacerdotes de la diócesis de Gand se habían hecho cargo de la Parroquia, que tiene como patrón al Sagrado Corazón de Jesús, y continuaban el trabajo de sus predecesores abriendo otras dos escuelas secundarias, la de Pedagogía y la de Agricultura.


En 1984, las Religiosas de la Pureza de María fueron llamadas a ocupar el vacío que habían dejado las de María de Pittem en el hospital y en las escuelas. Hoy en día, las Misión de Kanzenze cuenta con una escuela infantil, dos escuelas primarias y tres escuelas secundarias, y sus alumnos pasan directamente a las sucursales de la Universidad que se encuentran en Kolwezi. En estos momentos, en la misión no hay luz corriente ni agua potable suficiente para su población, que es de 3.000 habitantes. El hospital se ha convertido en el Hospital General de Referencia de la zona de salud y, entre los sacerdotes que se han formado en el Seminario, ya hay 7 que son originarios de Kanzenze. En 1991, el Párroco era ya un congoleño y las comunidades cristianas en el área de la misión eran 27.


Los movimientos apostólicos que están hoy activos son: La Legión de María, las Mamás Católicas, los Kyros, las corales y el Foc de la Pureza de María. Hacen falta más catequistas preparados y por eso uno de los proyectos de la celebración del Centenario es la construcción de un Centro Catequético para la formación de los futuros catequistas y el reciclaje de los que siguen en activo. Es necesaria una buena formación para quienes deben ser la levadura en la masa y ayudar a los nuevos bautizados a hacer frente al nuevo colonialismo ideológico del que está siendo víctima África.


Recordando con agradecimiento las obras realizadas por nuestros predecesores, nuestra misión consiste en hacer avanzar estas mismas obras según los signos de los tiempos.

Hermana María de los Ángeles Cubillo

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