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jueves, 23 de julio de 2009

La trampa del 'flotador patera'

Como si se tratara de compañías navieras, las mafias dedicadas al tráfico de inmigrantes aplican distintas tarifas para el esperanzador viaje hacia las costas españolas. Y en esto también hay clases. Desde el que paga una travesía en una embarcación a motor con pocos pasajeros y con posibilidad de varios intentos (por si falla el primero), hasta el que sólo puede costearse un hueco en una vieja patera de madera hacinada de personas. El último escalón de la desesperación lo integran aquellos que ni siquiera pueden permitirse un 'billete'. Éstos se ven abocados a alquilar un traje de neopreno, unas aletas y un flotador con los que intentar cruzar el Estrecho. Otros lo intentan por su cuenta, si disponen de medios, utilizando una tabla de surf o una balsa de plástico.

No es la primera vez que pesqueros o mercantes avistan cerca de las costas malagueñas a inmigrantes asidos a un neumático como quien abraza la esperanza de un futuro mejor. Pero sí es la primera ocasión en la que llega a Málaga un cadáver que ha sido víctima de la última perversión de las mafias. El martes, a las 10.45 horas, alguien avistó un neumático sobre el que descansaba el cuerpo sin vida de una persona. Flotaba a la deriva a unos 200 metros de la playa de La Fontanilla, en Marbella. El cadáver, que pertenece a una mujer, se encontraba en tal estado de descomposición que le faltaban varias partes del cuerpo, como la cabeza y una extremidad.

Una bolsa con sus enseres
La fallecida, presumiblemente una inmigrante, murió encaramada al flotador, junto al que se halló una bolsa en la que llevaba sus enseres. Sus restos fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal, donde ayer se le hizo la autopsia para intentar conocer su edad, su identidad y la causa de la muerte. Fuentes de la investigación apuntaron que se maneja la hipótesis de que la mujer fue víctima del viaje en un neumático. «Es un método empleado por las mafias», aseguró un mando policial del litoral malagueño. «Les colocan flotadores y los sueltan desde una embarcación en distintos puntos para que el mar los empuje hasta la orilla».

Los inmigrantes se confían porque tienen tierra a la vista, pero no conocen las traicioneras corrientes del Mediterráneo. «Aunque los dejen a 300 ó 400 metros de la playa de Marbella, la deriva puede arrastrarlos en paralelo a la costa, o incluso mar adentro, y aparecer frente a Torrox», añadió el agente, intentando explicar lo que pudo ocurrirle a la mujer.

CASOS MÁS RECIENTES

Septiembre de 2008:
Un inmigrante de 50 años llegó a las costas de Estepona en un flotador. Aseguró que había salido de Tánger. Estaba muy deshidratado y con un cuadro severo de hipotermia.
Junio de 2008:
Dos jóvenes marroquíes fueron rescatados a quince millas de la costa de Marbella mientras flotaban a la deriva sobre una rueda neumática. Decían haber hecho una travesía de 50 millas.
Diciembre de 2005:
Un marroquí de 30 años fue hallado muerto junto a un neumático frente a una playa de Cádiz.

Publicado en el diario Sur (Málaga)
Autor: Juan Cano


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