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viernes, 30 de marzo de 2012

La OTAN ignoró una patera libia en la que murieron 63 náufragos

La fragata Méndez Núñez, desplegada por el Gobierno español en la campaña contra Muamar el Gadafi, llegó a estar a 11 millas de un bote a la deriva con 72 refugiados a bordo escapado del conflicto hace ahora un año y vuelto a Libia al cabo de quince días con 11 supervivientes. Dos de ellos murieron tras llegar a tierra. Al descubrirse la existencia del bote perdido, Italia lanzó el SOS a los buques de la zona y la OTAN asegura que dio la alerta a los barcos bajo su control sin que ningún buque o avión aliado contactara con la embarcación.


Las autoridades españolas dijeron en su día, y reiteran ahora, no haber tenido conocimiento de aquel drama humano, pero un informe para la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa mantiene que “no actuaron conforme a las obligaciones de búsqueda y socorro”. El bote de los refugiados era una precaria lancha de goma de siete metros de eslora que salió de Trípoli el 26 de marzo del año pasado con 50 hombres, 20 mujeres y dos niños subsaharianos a bordo. Las desgracias se cebaron de inmediato en el grupo, asaltado ya antes de salir al mar: a quienes huían les quitaron comida y agua para hacer hueco a más prófugos. El bote iba atestado. Al cabo de 18 horas a la deriva, prácticamente sin medios de supervivencia, un sacerdote eritreo en el Vaticano, contacto de alguno de los náufragos, recibió una llamada de socorro desde la embarcación.

El Centro de Coordinación de Rescate Marítimo de Italia fue alertado en el acto, localizó la zona y lanzó llamadas a otros barcos para que intervinieran. Por aquellos mismos momentos un avión francés ya hizo una foto que envió a las autoridades italianas. Unas horas después, un helicóptero militar no identificado sobrevoló el barco, se marchó, retornó con galletas y agua que entregó a los náufragos y les hizo entender que volvería. Hasta hoy.

Dos pesqueros también hicieron contacto con el bote, sin consecuencias, y diez días después, con la mitad de las personas ya muertas, “un portaaviones o un portahelicópteros pasó cerca del bote, lo suficiente como para los supervivientes vieran a los marineros a bordo observándoles con prismáticos y haciendo fotos”, señala el informe de Tineke Strik, senadora verde holandesa adscrita a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, titulado Vidas perdidas en el mar Mediterráneo: ¿Quién es responsable? Strik ha reconstruido los hechos a partir del testimonio de cuatro supervivientes y de otras fuentes, Gobiernos y la OTAN.

Su investigación señala que la OTAN no reaccionó a las llamadas de socorro e identifica en particular dos barcos, la Méndez Nuñez y el italiano Borsini, ambos con helicópteros a bordo y en situación ideal de intervenir, pues la fragata española estaba a 11 millas y el italiano a unas 37. “Aunque estos dos barcos estaban bajo mando de la OTAN, los Estados de bandera [España e Italia] no actuaron conforme a sus obligaciones de búsqueda y rescate”, señala el documento, aprobado ayer por abrumadora mayoría en la Comisión de Migración, Refugiados y Personas Desplazadas del Consejo de Europa y que será votado a finales de abril en el plenario. El trabajo considera particularmente sangrante que “un helicóptero militar y un barco militar grande no intervinieran y rescataran a la lancha después de haber contactado con ella”.

El Gobierno español dijo en su día y reitera no haber tenido noticia de la alarma dada por la OTAN, mientras la Alianza asegura, en palabras de su portavoz, Oana Lungescu, recogidas en un comunicado que, pese a haber pedido información sobre cualquier avistamiento a todos los barcos aliados “no hay registro de que ningún avión o barco de la OTAN viera o contactara con este barco en particular”.

Strik dice tener confirmada la presencia de la Méndez Núñez no lejos del bote por las comunicaciones entre la Marina italiana y sus guardacostas y mantiene que además de la OTAN, el servicio de rescate italiano estuvo emitiendo mensajes de alerta cada pocas horas durante diez días. “La Méndez Núñez estaba muy cerca y los barcos tenían la obligación de tener sus antenas bien desplegadas”, dice.

Durante la larga agonía del bote, la zona, bajo control exclusivo de la OTAN, fue patrullada y cruzada, al menos, por barcos de Italia, España, Francia, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá. Todos los países han respondido a los requerimientos de información de Strik excepto Reino Unido y Estados Unidos. Fuentes militares mantienen que en la zona había un barco británico con helicópteros y un portaaviones de Estados Unidos.

Publicado en el diario El País
Autor: Ricardo Martínez de Rituerto

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