España ha dado marcha atrás y no desembolsará, como
llegó a anunciar oficialmente, 10 millones de euros prometidos en 2012
al Fondo Mundial de lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis,
el organismo internacional más importante en la batalla contra el VIH en
los países en desarrollo. El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación anunció en un comunicado el pasado 23 de julio esta contribución, decisión que ya había adelantado a los responsables del Fondo.
Aunque se trata de una partida pequeña, en comparación con los 200 millones de dólares anuales entregados en 2008 y 2009, con este dinero se podría costear el tratamiento con antirretrovirales genéricos de unas 130.000 personas durante todo un año. Independientemente del destino final que hubiera tenido el dinero (compra de medicamentos, logística o financiación de la estructura del Fondo) la contribución anunciada por el Gobierno de Mariano Rajoy suponía enviar una señal política de apoyo al organismo, después de que los socialistas redujeran en 2011 a cero la contribución al fondo, algo que el PP criticó duramente estando en la oposición.
El anterior Gobierno socialista redujo a 110 millones de dólares la contribución de España a este fondo en 2010 y un año después la congeló totalmente, después de que el propio organismo detectara casos de malversación de fondos en subvenciones concedidas a Yibuti, Mali, Mauritania y Zambia. España, como otros donantes del fondo (Alemania, Suecia o la Comisión Europea), congeló sus contribuciones al conocer la noticia. El fondo procedió a cambios en su estructura de dirección y a finales de año resolvió los problemas detectados, que afectaban a menos del 0,3% del presupuesto total del organismo.
Aunque otros países donantes restablecieron para finales de 2011 sus aportaciones al considerar resueltas las malas prácticas detectadas, España no anunciaría su vuelta al fondo hasta la llegada de los populares al poder. Con una contribución de 10 millones de euros, España pretendía "paliar en parte la situación de grave riesgo para la salud en la que se encontraban más de 200.000 personas identificadas por el Fondo Global de la lucha contra el SIDA por la suspensión, en ejercicios anteriores, de las contribuciones a este fondo", explicaba en julio Exteriores.
El Gobierno llegó a destacar en noviembre, en una respuesta parlamentaria a IU, que esta aportación iba a ser la "mayor contribución multilateral realizada por España" en 2012. Pero el fin de año se acercaba y el Consejo de Ministros no aprobaba el desembolso comprometido. Las ONG Médicos sin Fronteras y Salud por Derecho escribieron a finales de noviembre una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidiéndole que el Consejo de Ministros aprobara "sin más demora" la aportación de 10 millones que había anunciado públicamente. El jefe de Gabinete de Rajoy, Jorge Moragas, les contestó en una misiva con fecha de 21 de diciembre. En ella, reconoce que era "intención del Gobierno retomar las contribuciones al fondo" una vez aclarados los casos detectados de corrupción y malversación de fondos.
"Sin embargo, la necesidad de cumplir con el objetivo de déficit ha obligado a reducir las contribuciones con cargo al presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, y entre éstas se encuentra la contribución prevista al Fondo" Mundial de lucha contra el sida, explica Moragas. "Es una situación que el Gobierno no desea y que viene impuesta por las circunstancias. El retorno al equilibrio presupuestario y al crecimiento permitirá volver a demostrar con contribuciones el compromiso de España y de su Gobierno, que permanece intacto, con los más desfavorecidos", concluye la carta.
El responsable de Relaciones Externas de Médicos sin Fronteras, Carlos Ugarte, advierte de la pérdida de "credibilidad y previsibilidad" que acarrea para la imagen de España en la comunidad de países donantes una marcha atrás como ésta. Pero subraya que lo más importante es la consecuencia que tendrá en la vida de muchas personas la falta de este dinero. "Más del 50% de los niños que nacen infectados en Africa mueren antes de los dos años", pone como ejemplo para ilustrar la importancia de que la madre seropositiva reciba un tratamiento de prevención para evitar la transmisión del virus a su hijo.
Fuente: EFE
Aunque se trata de una partida pequeña, en comparación con los 200 millones de dólares anuales entregados en 2008 y 2009, con este dinero se podría costear el tratamiento con antirretrovirales genéricos de unas 130.000 personas durante todo un año. Independientemente del destino final que hubiera tenido el dinero (compra de medicamentos, logística o financiación de la estructura del Fondo) la contribución anunciada por el Gobierno de Mariano Rajoy suponía enviar una señal política de apoyo al organismo, después de que los socialistas redujeran en 2011 a cero la contribución al fondo, algo que el PP criticó duramente estando en la oposición.
El anterior Gobierno socialista redujo a 110 millones de dólares la contribución de España a este fondo en 2010 y un año después la congeló totalmente, después de que el propio organismo detectara casos de malversación de fondos en subvenciones concedidas a Yibuti, Mali, Mauritania y Zambia. España, como otros donantes del fondo (Alemania, Suecia o la Comisión Europea), congeló sus contribuciones al conocer la noticia. El fondo procedió a cambios en su estructura de dirección y a finales de año resolvió los problemas detectados, que afectaban a menos del 0,3% del presupuesto total del organismo.
Aunque otros países donantes restablecieron para finales de 2011 sus aportaciones al considerar resueltas las malas prácticas detectadas, España no anunciaría su vuelta al fondo hasta la llegada de los populares al poder. Con una contribución de 10 millones de euros, España pretendía "paliar en parte la situación de grave riesgo para la salud en la que se encontraban más de 200.000 personas identificadas por el Fondo Global de la lucha contra el SIDA por la suspensión, en ejercicios anteriores, de las contribuciones a este fondo", explicaba en julio Exteriores.
El Gobierno llegó a destacar en noviembre, en una respuesta parlamentaria a IU, que esta aportación iba a ser la "mayor contribución multilateral realizada por España" en 2012. Pero el fin de año se acercaba y el Consejo de Ministros no aprobaba el desembolso comprometido. Las ONG Médicos sin Fronteras y Salud por Derecho escribieron a finales de noviembre una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidiéndole que el Consejo de Ministros aprobara "sin más demora" la aportación de 10 millones que había anunciado públicamente. El jefe de Gabinete de Rajoy, Jorge Moragas, les contestó en una misiva con fecha de 21 de diciembre. En ella, reconoce que era "intención del Gobierno retomar las contribuciones al fondo" una vez aclarados los casos detectados de corrupción y malversación de fondos.
"Sin embargo, la necesidad de cumplir con el objetivo de déficit ha obligado a reducir las contribuciones con cargo al presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, y entre éstas se encuentra la contribución prevista al Fondo" Mundial de lucha contra el sida, explica Moragas. "Es una situación que el Gobierno no desea y que viene impuesta por las circunstancias. El retorno al equilibrio presupuestario y al crecimiento permitirá volver a demostrar con contribuciones el compromiso de España y de su Gobierno, que permanece intacto, con los más desfavorecidos", concluye la carta.
El responsable de Relaciones Externas de Médicos sin Fronteras, Carlos Ugarte, advierte de la pérdida de "credibilidad y previsibilidad" que acarrea para la imagen de España en la comunidad de países donantes una marcha atrás como ésta. Pero subraya que lo más importante es la consecuencia que tendrá en la vida de muchas personas la falta de este dinero. "Más del 50% de los niños que nacen infectados en Africa mueren antes de los dos años", pone como ejemplo para ilustrar la importancia de que la madre seropositiva reciba un tratamiento de prevención para evitar la transmisión del virus a su hijo.
Fuente: EFE
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