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jueves, 10 de enero de 2013

"Hay 100 desaparecidos y muchos niños están muriendo de frío"

"Esto es terrible, una emergencia como nunca he visto en mi vida. Hay ya 100 desaparecidos y muchos niños están muriendo de frío". El padre Carlos Jaar, sacerdote católico y presidente de Mensajeros de la Paz en Jordania, nos habla desde su casa de Ammán. Acaba de regresar del campo de refugiados sirio de Zaatari y cuenta la emergencia que ha visto con sus propios ojos y con la impotencia de no poder hacer nada.

El campo, donde se hacinan en tiendas de campaña 70.000 personas, está en pleno desierto, en la frontera. Hace tres días que, en Jordania no para de llover agua-nieve. Tanta que, según el sacerdote, hasta la capital está inundada. "Imagínese cómo está el campo: es un lago enorme de agua, que llega a superar los 30 centímetros de altura en las tiendas. Todo está inundado. Y la gente tiene que sobrevivir o morir en esta laguna de agua helada".

Cuenta el sacerdote que las temperaturas en la zona rondan los 0 grados de día. Y bajan a -3 y -5 durante la noche en el desierto. "Y lo más dramático es que las previsiones meteorológicas aseguran que no va a dejar de llover hasta el próximo viernes. Es imposible que aguanten. Se van a morir, porque la gente no sabe a dónde ir ni tiene a dónde hacerlo". Es tal la desesperación que, según cuenta el padre Jaar, "los refugiados se lamentan de haber salido de Siria. Dicen que hubiese sido mejor morir en Siria en la guerra que en medio del desierto de frío". Ha sido tal la cantidad de agua que muchas tiendas han sido arrastradas por el temporal. "Sólo las más fuertes se mantienen en pie y unas pocas caravanas que, antes de la tormenta, hizo llegar Mensajeros de la Paz a una treintena de familias".


Al Padre Jaar le duele especialmente la situación de los niños, teniendo en cuenta que el 40% de los 70.000 habitantes del campo de Zaatari son niños. "Se van a morir todos. Es tal la magnitud de la tragedia que yo mismo me siento desalentado, por no poder hacer nada". Y es que ni una operación de emergencia a gran escala podría salvarlos, según el Padre Jaar. "La única salvación para ellos es que mejore el tiempo. Es imposible trasladar a los 70.000 habitantes del campo. Ni con una operación del Ejército de Estados Unidos se conseguiría. O sí, pero no la van a hacer".

Resignado, el sacerdote concluye: "Están sólo en manos de Dios y del tiempo. Sólo nos queda rezar". Pero, al rato, no se resigna del todo. Y primero se indigna: "Lo dijimos hace tiempo que, en el desierto no podrían sobrevivir durante el invierno". Y, después, lanza un SOS: "Es la peor emergencia que he visto en mi vida. Y ya me han tocado unas cuantas aquí, en Palestina, en Líbano o en Irak. Nunca vi una tragedia como ésta. Me duele el corazón. Es terrible. Es un pecado mundial. Dígalo para que los responsables de esta tragedia no puedan dormir tranquilos. Cuéntelo, porque, además, las autoridades parece que no quieren informar demasiado, por si la opinión pública se les echa encima".

Publicado en el diario El Mundo
Autor: José Manuel Vidal
Foto: Reuters

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