Aunque no disfrutan de los opulentos privilegios de las estrellas del
fútbol mundial, los chicos de la selección de Eritrea de fútbol son muy
afortunados: después de jugar un partido contra Ruanda en diciembre de
2012, salieron del Sky Hotel de Kampala, ciudad anfitriona del torneo,
para hacer unas compras. El avión destino Asmara, la capital de su país,
esperaba en la pista. El equipo técnico y 17 jugadores nunca subieron a él.
La misma suerte han disfrutado varias veces los futbolistas de la
selección somalí de fútbol, muchos de ellos asilados hoy en Kenia. Para el resto de los mortales no hay billete de avión, ni asilo
político, ni campeonatos internacionales de fútbol. La mayoría de los
fallecidos de los dos últimos trágicos naufragios en aguas cercanas a la isla italiana de Lampedusa eran, precisamente de estos dos países: Eritrea y Somalia, los más míseros y difíciles del continente, los intocables de África.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/10/11/internacional/1381499837.html
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